NIÑAS SANAS, SEGURAS Y SABIAS – LIBRES DE VIOLENCIA Y DISCRIMINACIÓN

En Costa Rica, los pueblos originarios han sido históricamente vulnerabilizados y sufren exclusión, es donde se encuentran los niveles más altos de pobreza, siendo las mujeres indígenas las que más sufren pobreza y violación de sus derechos. Por ejemplo, el porcentaje de mujeres adolescentes indígenas que son madres supera el doble del total nacional. Respecto a la educación, la escolaridad promedio en Costa Rica es de 8,8 años para las mujeres, pero en el caso de las mujeres indígenas que viven en sus territorios, la escolaridad es de apenas 5 años y para aquellas que hablan su idioma es de 4,3 años. Solamente el 13% de las personas indígenas se gradúa del colegio. (INAMU 2010-2014) (1)

Las niñas y adolescentes ven limitado el acceso a la educación y a las mismas oportunidades que disfrutan sus pares hombres por la falta de información y condiciones básicas de Educación, Salud e Higiene Menstrual, es tal la condición que se le ha llamado “pobreza menstrual”, porque favorece el ausentismo escolar de las niñas y adolescentes, aumentando la brecha de género en educación. (Alam,2017; Chinyama,2019) (2)

Datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas revelan que, en el 2020, el 10,6% del total de los nacimientos en Costa Rica fueron de embarazos adolescentes, y la prevalencia del embarazo adolescente es cinco veces mayor en las adolescentes indígenas de Costa Rica (49%) que en las no indígenas (10%) (Organización Panamericana de la Salud).

Queriendo atender esta problemática, en mayo del 2022, se realizó la formación presencial e intensiva de Maestras de Niñas Sabias en Costa Rica, para 15 mujeres indígenas representando a los ocho pueblos originarios de nuestro país.

Después del taller las maestras llevaron un proceso de preparación y acompañamiento virtual durante 12 meses para su seguimiento.

Se ha logrado con esta primera práctica que 10 maestras indígenas apliquen los 5 módulos (2 horas cada uno) del Programa de Educación en salud menstrual de Niñas Sabias, en sus respectivas comunidades a 60 niñas en su mayoría, niñas entre los 8 y los 11 años.

Las maestras gestionaron los espacios, hablaron con madres y padres de familia para convocar a las niñas y formaron los círculos de niñas sabias. Al concluir la aplicación de los 5 módulos, las 10 mujeres indígenas se certificaron como maestras de niñas sabias.

Aún falta mucho por hacer, pues las mujeres indígenas deben seguir formándose con herramientas de comunicación, de apropiación de la palabra, vocería para la incidencia, reforzar su formación en la metodología del programa y en la herramienta de monitoreo. También queremos formar más maestras de comunidades donde los índices de violencia y embarazo adolescente sean muy altos.

Nuestra meta es que las maestras puedan capacitar a cerca de 200 niñas en los territorios indígenas. Y que cada niña reciba un Kit de Manejo Menstrual Sostenible manufacturado por el emprendimiento de Mujeres Boruca: Creaciones Incâ.

Urge llegar con este Programa a las niñas de las escuelas y centros comunitarios de las comunidades indígenas para atender a niñas entre los 10 y los 14 años.

Todo este esfuerzo queremos acompañarlo con una campaña de incidencia, sensibilización y visibilidad para redes, medios locales, nacionales e internacionales para incidir en diversas autoridades e instituciones públicas, pues se necesita apoyar el trabajo de las mujeres e informar sobre los derechos de las niñas y la necesidad de cuidar la salud, dignidad e integridad de las niñas para que sean libres de violencia y discriminación.