La premisa de que la energía hidroeléctrica es limpia y amigable con el medio ambiente es falsa. A esta conclusión llegaron participantes del XI Encuentro del Movimiento de Afectados por las Represas y en Defensa de los Ríos, en Puebla, México. Este movimiento asegura que hay evidencia suficiente de que los efectos ambientales y culturales de las represas hidroeléctricas son devastadores.