En El Salvador, los recientes cierres de escuelas han puesto en evidencia la falta de una política educativa firme y coherente, afectando gravemente a la población estudiantil y al cuerpo docente. Estos cierres no solo reflejan la negación de una política social justa, sino que también demuestran la incapacidad del Ministerio de Educación para contribuir al desarrollo integral del país.
En un contexto donde la educación ya no es prioridad para el gobierno, se han eliminado espacios de participación y se promueve la obediencia sin cuestionamientos, limitando el avance democrático y perpetuando la desigualdad social. Vamos con la información hasta radio YSUCA con nuestro compañero Gerardo Castro.