Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la insurrección cívica de 2018, dejó como saldo 328 personas asesinadas de las cuales 24 eran niños, niñas y adolescentes y 21 policías, dejó además más de 2 mil lesionados, 800 presos políticos y más de 80 mil personas en el exilio.
La conmemoración del segundo aniversario de la insurrección cívica de abril, estuvo marcada por reclamos de justicia y libertad por parte de diferentes sectores, debido a que ningún caso de asesinato ha sido esclarecido y las libertades públicas como el derecho a la manifestación pacífica continúa prohibido por el gobierno de Nicaragua.