Pero a pesar de que los mandatarios y mandatarias se reunirán una vez más a fijar nuevas metas de Objetivos de Desarrollo del Milenio, es claro que los fijados a inicios de la década pasada están muy lejos de ser cumplidos por la mayoría de los países, entre ellos, Guatemala. Prueba de ello es que la represión y violencia contra defensoras y defensores del ambiente se sigue manifestando. El asesinato del activista Rigoberto Lima, uno de los denunciantes contra la empresa de palma africana REPSA por la contaminación del Río La Pasión en El Petén.