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El pasado domingo 09 de abril una bebé de 9 meses fue arrebatada de su coche, cuando su madre la paseaba en la vía pública en Paraíso de Cartago. La madre de la bebé, es también una menor de edad de tan sólo 13 años, y según el informe del Organismo de Investigación Judicial, fue interceptada por un sujeto que la empujó, le quitó a su bebé y huyó por un chayotal.
El principal y único sospechoso de haber sustraído a la bebé es un hombre de apellidos Casasola Salas, de 33 años, quién es el padrastro de la menor de 13 años.
Según el Organismo de Investigación Judicial una de las hipótesis principales, es que el sujeto podría haber sustraído a la bebé para evadir una prueba de paternidad que tenía agendada para el miércoles 12 de abril.
La prueba de ADN determinaría si Casasola era el progenitor de la bebé, lo que implica que el sospechoso se tendría que enfrentar a un proceso judicial por violación a una menor de edad.
Estimaciones del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU) señalan que en Costa Rica anualmente cerca de 500 menores de 15 años quedan embarazadas como resultado de violencia sexual, lo que vulnera de forma grave el derecho de las niñas a una vida libre de violencia.
Mientras tanto el gobierno de Costa Rica, afirma que está investigando actualmente el caso para determinar si hubo negligencia por parte de las instituciones que deben velar por los derechos de las niñeces. Éstas fueron las declaraciones de Gloriana López Fuscaldo, presidenta del Patronato Nacional de la Infancia y Rodrigo Chaves, actual presidente de la República.
La Caja Costarricense de Seguro Social y el Ministerio de Educación Pública afirman que cumplieron a cabalidad todos los protocolos para atención de la menor y su bebé.
Sin embargo, son muchos los cuestionamientos en relación a la violencia sistemática que sufren actualmente los cuerpos de las niñas en Costa Rica y la negligencia del estado en la atención de este tipo de situaciones.
