Mujeres y hombres del caserío Casitas, en Chalatenango se organizaron para construir su propio sistema de abastecimiento de agua potable y acabaron así con años en que las mujeres debían caminar y acarrar cántaron llenos de agua para poder abastecer a sus hogares. Esta realidad la viven todavía muchas comunidades salvadoreñas, por lo que ecologistas siguen exigiendo la aprobación de una Ley General de Aguas.
Foto: Alfredo Carías.