Abriremos nuevos surcos de libertad, porque nadie puede acallar la voz campesina

Equipo Abriendo el Surco, Radio Santa Clara

(ArtĆ­culo opiniĆ³n)

Hoy somos 30 aƱos mƔs viejos pero la historia estƔ mƔs nueva y mƔs viva que nunca. Allƭ en las fotos estamos la mayorƭa de los que iniciamos con el programa campesino en el Colegio Agropecuario de Santa Clara, en medio de palmeras y acompaƱados por el escƔndalo de los pericos.

En ese momento el programa no tenĆ­a nombre, solo nos encontramos por el impulso de dos personas claves que no estĆ”n en esa foto: el Padre Angel Villalobos y el Padre Marco Antonio SolĆ­s, director de Radio Santa Clara. El Padre Angel, impulsor y fundador de UPANACIONAL, sabĆ­a que en las gargantas de los campesinos y campesinas habĆ­a muchas palabras acumuladas que querĆ­an salir pero no sabĆ­an por dĆ³nde. El Padre Marcos soƱaba con escuchar la voz campesina por las ondas nuevas de una radio nueva y escuchar la voz de los sin voz, no porque no tuvieran voz, sino porque les habĆ­an negado el derecho de decir su palabra. QuerĆ­a una radio alegre, participativa, popular, con muchas voces y con el llamado a los campesinos, empezĆ³ a edificar su sueƱo.

Yo estaba ahĆ­ porque capacitando a locutores y productores en las emisoras culturales, fui aprendiendo el gran valor de una emisora de radio, tambiĆ©n porque habĆ­a personas con visiĆ³n de futuro como Juan Arriaga y Loyda Pretis del Centro de AcciĆ³n Pastoral. Nos invitaron a un ?taller de radio? en Santa Clara y ahĆ­ tuvimos los primeros encuentros.

Algunos de los participantes pensaron que el taller era para reparar radios y previsores trajeron algunas herramientas. Pronto empezamos a darle forma al programa creando una presentaciĆ³n y cierre, segmentos como entrevistas, canciones, poesĆ­a, consejos, mĆ”s canciones, testimonios… y asĆ­ se creĆ³ la Radiorevista Campesina Abriendo el Surco: ?El programa hecho por campesinos que manejamos el machete, la pala y el balde de la leche. Concientes de que a todos nos afectan los mismos problemas, las mismas ilusiones hemos presentado Abriendo el Surco, para usted? . Esa presentaciĆ³n y cierre la grabaron AsdrĆŗbal Araya, MartĆ­n Barrantes y Mirieth Herrera con fondo del PĆ”jaro Campana.

Y empezaron a surgir las charlas, las entrevistas, las canciones, los testimonios, las poesĆ­as… primero con un libreto que resultĆ³ una albarda incĆ³moda que pronto la cambiamos por un guiĆ³n o escaleta que permitĆ­a planificar el programa y dar libertad para la expresiĆ³n natural y sabrosa de la vida campesina.

Al principio grabĆ”bamos el programa de una hora en casetes pero un tiempito despuĆ©s estĆ”bamos listos para transmitir en vivo, los domingos, a las 6 de la maƱana. Para eso tenĆ­an que venir desde La Tigra, la Lucha, Los Criques, Monterrey, Pital y otros lugares alejados, los conductores del programa, que tenĆ­an que salir en la madrugada, caminando entre la lluvia y el barro para ejercer el derecho a decir su palabra. Todo ese sacrificio era mil veces compensado por las cartas, los saludos, las invitaciones, las llamadas telefĆ³nicas y la satisfacciĆ³n de saberse personas con dignidad, con ilusiĆ³n y con palabra.

La tercera radiorevista que produjo el grupo la enviĆ© a un concurso latinoamericano promovido por Radio Nederland en CIESPAL en Ecuador y ganĆ³ el primer lugar. El premio consistĆ­a en un diploma y mil dĆ³lares que fueron cambiados en 69 mil colones y con ello se adquiriĆ³ un equipo bĆ”sico de grabaciĆ³n mĆ³vil, dos caseteras, tres micrĆ³fonos y un mezclador. La autoestima crecĆ­a.

Las invitaciones de las comunidades campesinas se empezaron a concretar. El grupo conductor dejĆ³ la cabina y se fue a estrechar otras manos campesinas que los esperaban en toda la regiĆ³n y fuera de ella con amor y hospitalidad. Se aprovechaba el turno para invitar al grupo de Abriendo el Surco que llegaba a conocer los problemas, las ilusiones, las canciones, la vida de aquella comunidad campesina. El corredor de la escuela, la plaza, la cocina del turno se convertĆ­an en cabinas apropiadas para el programa.

Con tanta mĆŗsica y tanta poesĆ­a arrancaron los festivales de mĆŗsica campesina que atrajeron artistas campesinos de todo el paĆ­s y las canciones se escuchaban por las potentes ondas de Radio Santa Clara,por esa misma cajita donde se escuchaba la voz del Papa y de los grandes artistas. Al fin las voces campesinas tenĆ­an un espacio en la tierra y en el cielo.

Abriendo el Surco, al igual que la radio nace en tiempos de conflictos que se prolongan hasta hoy. RevoluciĆ³n y contrarevoluciĆ³n en Nicaragua, conflictos por las tierras, desalojos, injusticias, malas cosechas, los engaƱos, amenazas de perder las parcelas… y todo eso que forma parte de la vida se discutĆ­a, se analizaba y se transmitĆ­a de manera absolutamente libre.

Los polĆ­ticos madrugaban porque conocĆ­an la audiencia que tenĆ­a el programa y se preparaban para enfrentarse a las preguntas, cuestionamientos y rendiciĆ³n de cuentas de las personas que conducĆ­an el programa y de los que llamaban, todos surgidos de la cultura campesina.

El grupo creciĆ³ y se multiplicĆ³. De Abriendo el Surco surgieron amores, matrimonios, hijos e hijas al calor de los programas y las ondas. Unos se fueron, otros llegaron. CreciĆ³ en capacidades y se proyectaron con obras de teatro y presentaciones artĆ­sticas a escala nacional culminando en el bien merecido reconocimiento por el aporte del programa a la cultura nacional, por parte del Ministerio de Cultura. TodavĆ­a se encuentran sectores de la poblaciĆ³n no comprenden que la vida campesina no es solo tierra, siembra, cosecha y cuido de animales… tampoco es solo folclor y vacilĆ³n, la vida campesina es global y en ella convergen las ilusiones, los problemas pero tambiĆ©n la salud, la enfermedad, la vivienda, el estado de los caminos, la polĆ­tica, la religiosidad, las costumbres, el empleo, la injusticia… y Abriendo el Surco reflejaba la vida campesina.

Siento que despuĆ©s de una larga vida de transmisiĆ³n y comunicaciĆ³n campesina, se cierre la casa que les dio hospitalidad por mĆ”s de 30 aƱos, pero aquella casa que no los quiere recibir, no merece ni el polvo de sus sandalias.

CompaƱeras y compaƱeros de Abriendo el Surco, siĆ©ntanse liberados, es mejor seguir conversando de tĆŗ a tĆŗ, de pie, con libertad y sin temor, que transmitiendo de rodillas y con miedo. Las semillas que se sembraron en ese surco desde hace mĆ”s de treinta aƱos ya nacieron, florecieron y dieron frutos. Se abrirĆ”n nuevos surcos de libertad y la palabra campesina que fue liberada nunca la podrĆ”n acallar. Doy gracias al cielo por permitirme formar parte de esta familia.

,

Template Design Ā© VibeThemes. All rights reserved.

Si desea consultar disponibilidad del estudio de grabaciĆ³n favor llenar el siguiente formulario:

    Nombre de OrganizaciĆ³n o persona que desea alquilar:

    Nombre de persona que estarĆ” a cargo:

    Correo electrĆ³nico:

    Celular:

    Fecha que desea
    grabar:

    Selecciones el tipo de servicio que desea cotizar

    Skip to content